Con gran preocupación vemos frecuencia, casos de jóvenes adolescentes que practican el conocido “juego de la asfixia”, por lo cual me parece pertinente que los padres de familia y profesionales de la salud conozcamos del tema para identificar precozmente señales de alarma en éstos jóvenes, ya que éste juego ha ocasionado muchas muertes y también ha secuelas neurológicas severas en sus practicantes.
¿Cuál es el origen del juego?
Haciendo una breve reseña éste juego es practicado por adolescentes desde hace varios años en muchos países, pero sobretodo en la última década tras la globalización de internet.
Tiene diferentes denominaciones:
Se usa como un rito de experimentación. Algunos jóvenes lo consideran “la droga de los niños buenos”, por los efectos “placenteros” y excitatorios producidos por drogas de abuso.
En qué consiste el juego de la asfixia?
Este juego consiste en privar de oxígeno temporalmente el cerebro logrando un momento de euforia y placer.
Se usan técnicas como la compresión bilateral del cuello o una forma alternativa que consiste en tomar una respiración profunda y sostenida, mientras que otra persona lo abraza desde atrás hasta que el primero se siente mareado y se desmaya.
Por lo general se realiza entre dos personas presenciado por un grupo que terminan jugando al ser incitados.
En las prácticas privadas se usan para el autoestrangulamiento corbatas, correas y bufandas, en estos casos es donde más se han visto muertes por ahorcamiento o sobrevivientes con importantes secuelas neurológicas.
¿Qué datos de interés se han encontrado en estudios realizados?
Es difícil de determinar prevalencia y mortalidad la escasa notificación, en primera medida por el bajo índice sospecha por parte del médico.
Mayor frecuencia en hombres entre los 7 y 21 años.
Se encontró que aproximadamente el 95% de los jóvenes fallecidos se encontraban solos.
Cerca del 92% de los padres no tenían conocimiento del juego.
Cuáles son los signos de alarma para los padres?
Algunos signos de alarma que pueden orientar a los padres para sospechar cuando un adolescente está realizando ésta práctica son:
- Cefalea intermitente grave de reciente aparición.
- Convulsiones.
- Síncopes de etiología no clara.
- Surcos o erosiones no explicadas o petequias lineales en el cuello.
- Petequias faciales principalmente palpebrales.
- Inyección conjuntival persistente.
- Desorientación después de encontrarse a solas.
- ignos de ataduras o cuerdas, correas, sábanas, cinturones, cordones o bufandas con nudos múltiples, amarrados o no a los muebles del dormitorio.
- Cuando las pataletas son muy frecuentes y empeoran después de los 4 años de edad.
- Si durante un episodio su hijo se autolesiona o lesiona a alguien, contiene la respiración y se desmaya.
Es importante que tanto los profesionales de la salud, como padres, maestros conozcan del tema para poder realizar medidas de prevención primaria más oportunas.
Dra. Myriam Liliana Camargo M
Médico Pediatra