Sueño en niños

El sueño es esencial para una salud óptima en niños y adolescentes. Aun así, diversos estudios han evidenciado que entre el 25% al 30% de los niños menores de 5 años presentan algún problema de sueño.

Estos problemas se relacionan con tendencias familiares y se ven más frecuentes en hijos de padres con hábitos de sueño irregulares, que se acuestan tarde.

Pero antes de abordar la temática de los problemas de sueño empecemos por revisar qué es el estado de sueño.

El sueño es un estado de reposo que usa el organismo para recuperarse de los esfuerzos efectuados durante el período de vigilia. Es una conducta natural, periódica, transitoria y reversible, prácticamente universal en el reino animal

Está presente durante toda la vida de las personas, aunque con características distintas a lo largo de la misma.

Trastornos de sueño y problemas de sueño

Es importante diferenciar los problemas del sueño y los trastornos del sueño de los niños. Los problemas del sueño son patrones de sueño insatisfactorios para los padres, el niño o el pediatra.

Hay que tener en cuenta que no todos son anormales ni requieren tratamiento. 

Los trastornos del sueño, por el contrario, son una alteración real y no una variación de una función fisiológica.

Beneficios del buen sueño en niños

Sociedades científicas como la Academia Americana de Pediatría, la Sociedad de Investigación del Sueño y la Asociación Americana de Tecnólogos del Sueño han descrito los beneficios del sueño cuando se cumple con los horarios según la edad del niño y los riesgos cuando sucede lo contrario.

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Tiempos mínimos de sueño recomendados según la edad

El comportamiento del sueño varía dependiendo de los ciclos biológicos del organismo y del entorno. Además hay cambios relacionados con el desarrollo psicomotor, condicionantes educativos, familiares, laborales y sociales.

A pesar de esto, existen tiempos de sueño mínimos recomendados según la edad del niño:

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“En los adolescentes se asocia con un mayor riesgo de autolesiones, pensamientos suicidas e intentos de suicidio.”

Dormir más de las horas recomendadas se asocia a con cuadros de:

  • Hipertensión arterial.
  • Obesidad.
  • Diabetes.
  • Problemas de salud mental. 

Características del sueño en el niño según la edad

  • Entre el nacimiento y los 4 meses los despertares son frecuentes para alimentarse.

  • Entre los 4 y los 12 meses suelen aparecer despertares, rechazo a acostarse, colecho reactivo y ritmias del sueño.

  • Los preescolares entre 1 y 4 años presentan comúnmente insomnio de inicio o de mantenimiento y movimientos anormales durante el sueño.

  • Los escolares de los 3 a los 8 años suelen presentarse con terrores y pesadillas.

  • Entre los 8 y 12 años son frecuentes el sonambulismo y la soliloquia (hablar para sí mismo), también comienza a aparecer el insomnio por higiene de sueño incorrecta.

  • En la adolescencia además del insomnio por hábitos de sueño incorrectos, aparecen el síndrome de retraso de fase y la narcolepsia (ataques de sueño durante el día).

  • A cualquier edad pueden aparecer los trastornos respiratorios del sueño.

Sospecha de trastornos de sueño en niños

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Existen curvas específicas para evaluar si el tiempo de sueño es normal o no. Y el pediatra puede usar estrategias como un diario de sueño y cuestionarios específicos para detectar si existen trastornos y realizar los estudios y manejo necesarios.

Recomendaciones preventivas y de higiene del sueño, según la edad.

El término higiene del sueño se refiere a las circunstancias que rodean al sueño con el fin de que mejore.

Seguir estas pautas ayudan a prevenir los problemas del sueño más comunes, varían según la edad aunque son sumatorias.

Menores de 2 meses

  • Es importante que el bebé esté despierto mientras come para que comience a asociar la comida con la vigilia. Para lograr esto los padres tienen que estimularlo suavemente y hablarle. 
     
  • Es recomendable que los padres alimenten al niño de ser posible en el mismo lugar, con luz, música ambiental suave y temperatura adecuada.

  • Después de cada toma debe mantenerse al bebé despierto en brazos durante unos 15 minutos, para facilitar la eliminación de gases y evitar cólicos.

  • Dejar siempre al bebé en la cuna, ojalá despierto, para que aprenda a dormirse solito.

  • Se debe hacer una rutina una rutina presueño tranquila  que debe finalizar en el dormitorio, por ejemplo un baño, masaje, canción de cuna o cuento. 

Entre los 2 y 5 meses

  • Es importante tener una rutina antes de acostar al niño que debe repetirse a diario.   

  • Si el bebé se inquieta de noche, no se debe despertar para alimentarlo y si se despierta conviene esperar 5 minutos para ver si tiene hambre.

  • Sobre los 3 meses se sugiere tomar la decisión respecto al lugar donde va a dormir el bebé y hacer los cambios de manera oportuna.   

Entre los 5 a 12 meses

  • Sumado a lo ya descrito, sobre los 8 meses es común que el bebé se despierte de noche, pero no se debe alimentar porque ya no lo necesita, se debe consolar con caricias  y frases dulces.

   Debe evitarse alterar el ambiente encendiendo luces o sacándolo de la cuna. 

  • Se le puede dar un objeto transicional como un peluche o juguete seguro que le sirva de compañero de cama.  

A partir de los 12 meses

  • El ambiente de su habitación debe ser tranquilo, oscuro y con el menor ruido ambiental.

  • La temperatura de la habitación debe ser confortable ya que un exceso de calor o de frío puede producir un despertar nocturno.

  • La hora diaria de acostarse y levantarse debe ser aproximadamente la misma todos los días.

  • Evita acostarlo con hambre, aunque el exceso de líquidos favorece que se despierte de noche.

  • Evita la actividad física vigorosa durante una o dos horas antes de acostarlo.

  • Evita las siestas muy prolongadas o tardías.

  • Evita el consumo de bebidas y alimentos excitantes como chocolates o refrescos de cola.

Al cumplir los 2 años

  • Si el niño se despierta durante la noche los padres deben ser muy pacientes, se pueden turnar para acompañar al niño transmitiendo tranquilidad.  

  • Si se le permite dormir en la misma cama de los padres, será más difícil que aprenda a dormir sólo y además el sueño es menos reparador.

  • El pecho, el biberón o el chupete parecen muy útiles para dormir, pero terminará pidiéndolos cada vez que tenga que dormirse y en cuanto se despierte.

Entre 2 y 5 años

  • Las siestas son recomendadas como complemento del sueño nocturno pero debe evitarse que sean prolongadas y tardías. 

  • Evita la asociación de comida o sueño con castigo o rechazo.

  • Ten cuidado de hablarles a los niños del “coco y fantasmas, entre otros” que pueda potenciar sus miedos.

En la adolescencia

  • Tener horarios regulares de sueño evitando recuperar los fines de semana esa falta de suelo durmiendo de forma exagerada. 

  • Si se duerme la siesta deberá ser corta, entre 30 a 45 minutos y a primera hora de la tarde.

  • Es recomendable la práctica regular de ejercicio físico, pero nunca antes de dormir.

  • Evita actividades de alerta como estudio, videojuegos o uso de celulares, una hora antes de dormir.

  • Evita que duerman viendo televisión ya que disminuye la profundidad del sueño. 

  • Ten en cuenta que sustancias, como el tabaco, alcohol u otras drogas, tienen efectos nocivos sobre el sueño y sobre la salud en general.

Mi opinión como pediatra integrativa

La valoración del sueño infantil debe formar parte de la historia clínica pediátrica así como se evalúa la alimentación, el ejercicio físico, el crecimiento o el desarrollo psicomotor.

La principal intervención como pediatra es educar a los padres o cuidadores sobre los hábitos correctos desde el nacimiento del niño para tener un buen patrón del sueño, previniendo de esta manera la mayoría de los problemas de sueño. 

Es importante tener en cuenta el efecto ocasionado por la presencia de campos magnéticos en las habitaciones, generados por el uso de monitores de bebés, cámaras y  teléfonos celulares entre otros.